Johnny Cash. El amo del calabozo.


Inauguramos una nueva sección en el blog llamada Escenarios Singulares en la que hablaremos sobre conciertos que se han celebrado en recintos «atípicos» o localizaciones originales. No daremos más pistas para que lo vayáis descubriendo en cada entrega. En la mente de todos seguro que tenéis alguno que os viene a la memoria.

«Hello, I’m Johnny Cash» así abría sus conciertos el cantautor estadounidense y con él estrenamos esta nueva categoría. Os podéis imaginar por dónde pueden ir los tiros sobre el escenario de hoy. Va sobre sus conciertos en diferentes cárceles, una costumbre que empezó en 1968 en la de Folsom (California).

Entrada a la Prisión de Folsom

Cuando estuvo alistado en las fuerzas aéreas en Alemania Occidental en 1952, vió la película Inside The Walls Of Folsom Prison y le inspiró, tres años más tarde, a escribir una de sus canciones más famosas: Folsom Prison Blues. Para relanzar su carrera, que languidecía a finales de los 60, se le ocurrió grabar un disco en directo dentro de una cárcel. Su productor Bob Johnston se puso manos a la obra y llamó a dos penitenciarías: la de San Quintín y la de Folsom. Esta fue la primera en responder y fue la elegida para la ocasión.

El día fijado fue el 13 de enero de 1968 y decidieron hacerlo en dos sesiones por si una salía mal, a las 9:40 y a las 12:40, ambas por la mañana. De la segunda sólo eligieron dos canciones para el disco ya que no salió tan bien como la primera. Y es que sus músicos (Los Tennessee Three) estaban bastante cansados después de la primera actuación. A Cash le acompañaron June Carter (su mujer) y Carl Perkins. El repertorio tuvo como protagonista la trena, como no podía ser de otra manera, con canciones como The Wall, Green Green Grass of Home, 25 Minutes to Go y la ya mencionada sobre Folsom. Una de las cosas más curiosas fue que incluyó una canción que nunca se había tocado titulada Greystone Chapel, compuesta por un preso que se la presentó el día anterior por medio del sacerdote de la prisión y que tuvieron que ensayar. Por entonces el gobernador del estado de California era Ronald Reagan, que fue a esos ensayos para visitar a Johnny Cash. A continuación os dejo con unos videos que recogen este concierto «intramuros».

Tras la buena acogida del disco en directo de Folsom, un año después se animó a hacer otro en la de San Quintín. El 24 de febrero de 1969 repitieron la fórmula aunque con variaciones en la lista de canciones. Una de estas novedades fue la versión de Wanted Man de Bob Dylan. Se grabó además para la televisión (Granada TV) y tuvieron que hacer descartes en el LP por cuestión de espacio. Abajo tenéis una muestra de lo que sucedió en uno de los penales más cinematográficos que existen.

Estas dos no fueron las únicas veces que «El hombre de negro» tocó entre rejas. Lo hizo en varias ocasiones más, dentro y fuera de EEUU.  En 1972 se fue nada menos que a Suecia y también grabó un disco llamado På Österåker («At Österåker») que así se llamaba el penal. La versión de Kris Kristofferson Me And Bobby McGee, que también populizaría Janis Joplin, resultó ser una de las novedades.  Además se ganó la simpatía de los presos al hablar en sueco. Lo podéis comprobar en el siguiente video.

Para terminar deciros que Johnny Cash no visitaba las cárceles sólo por hacer algo diferente sino que le preocupaba su situación. Cuando fue recibido en julio de 1972 por el presidente Nixon, le pidió la reforma de las prisiones. En septiembre del 2003 fallecía, 5 meses después que su mujer June Carter, pero nos dejó para siempre su magnífica obra.

Una respuesta

  1. […] tiene hoy una ubicación completamente distinta a la del primer capítulo. Si nos fuímos con Johnny Cash de tourné por diferentes cárceles, esta vez nos trasladamos (por sugerencia de Bruno Pekin) a un lugar con mucha historia, nada menos […]

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