Si alguien cree en el aforismo de Nietzsche lo que no te mata, te hace más fuerte este es nuestro protagonista de hoy. Robert Wyatt, un músico inglés de rock progresivo procedente de la llamada escena de Canterbury, se encontró un buen día con la fatalidad pero consiguió reponerse a ella con entereza sacando un disco terapeútico rodeándose de reputados amigos.
En 1966 Wyatt empezó su andadura musical formando el grupo Soft Machine, uno de los pioneros del rock progresivo que debía su nombre al libro del mismo título escrito por el Beat William S. Burroughs. Permaneció durante 5 años con ellos hasta que las clásicas diferencias artísticas le llevaron a abandonarlos y crear su propio proyecto, Matching Mole. En ambos grupos se encargaba de la batería y de las voces, esto último algo inusual entre los bateristas. Cuando estaba preparando el que iba a ser su tercer disco, ocurrió algo que lo cambiaría todo para siempre.
El 1 de julio de 1973, Wyatt empinó el codo más de la cuenta en una fiesta y se cayó desde un cuarto piso al vacío. Esquivó la muerte pero pagaría un alto precio por ello, sufrió paraplejia en las dos piernas. Este accidente tan traumático le supuso un problema de movilidad pero no consiguió apartarle de su pasión por la música.

Wyatt y Benge en 1974
Postrado en la cama del hospital donde estuvo convaleciente, decidió abandonar la idea del disco con Matching Mole y dedicarse por completo al suyo en solitario. Allí, rumiendo su desgracia, empezó a dar forma a las canciones. El material elaborado en ese ambiente enfermizo no pudo ser más intimista y desgarrador. Su tono depresivo, aunque profundamente personal, no convenció a Wyatt y lo desehechó todo. Prevaleció el trabajo que había hecho en Venecia antes del fatal accidente, aprovechando que su pareja, la pintora Alfreda Benge, estuvo trabajando como ayudante del director de la película Amenaza en la Sombra (Donald Sutherland y Julie Christie).

Portada original
Con la ayuda de amigos de la talla de Mike Oldfield, Fred Frith, Ivor Cutler o Nick Manson (batería de Pink Floyd), éste último en las labores de productor, dio forma a unas canciones con influencias jazzísticas y de rock progresivo. La portada consistió en un dibujo pintado por Alfreda, con la que se casaría justo el mismo día de la publicación de Rock Bottom.

Portada reedición 1998
Consciente de que su música no era la más accesible para un público masivo, Wyatt grabó una versión del I’m Believer de los Monkees y la editó como single para promocionar el álbum. La acogida por parte del público no pudo ser mejor, entrando en el top 30 de las listas británicas.
Su primera aparición pública después de su percance estuvo a punto de no producirse. Aunque parezca increíble, la BBC no quería emitirlo porque salía en silla de ruedas. Al final se salió con la suya y apareció en el escenario con una banda de lujo formada por Andy Summers (Police) en la guitarra acústica, Nick Manson (Pink Floyd) batería y Fred Frithen en la guitarra eléctrica.
Para acabar, en Little Red Riding Hood Hit the Road participa el músico Mike Oldfield.
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