Gloomy Sunday. Una Leyenda Infundada Sobre El Suicidio


Existen leyendas urbanas en la música que tienen un lado más bien divertido, como la que se cuenta de que Elvis está vivo, pero hay otras que no tienen ni pizca de gracia. Este es el caso de la Canción Con Historia que nos ocupa hoy, a la que le rodea un halo ciertamente tenebroso.

Gloomy Sunday fue compuesta en 1933 por un pianista húngaro llamado Rezső Seress y desde su lanzamiento en EEUU en 1936 adquirió una extraña fama. Todo áquel que la escuchara en ese mismo momento se dirigía hipnotizado hacia la primera ventana que encontrara abierta para saltar al vacío. Tanta fuerza tuvo esta leyenda que desde entonces se la conoce como La canción húngara del suicidio. Esta historia no se ha podido probar y no tiene ningún viso de verosimilitud a pesar de que su autor sí que se suicidó tirándose por una ventana, pero eso fue en 1968, 35 años después de haberla compuesto.

La historia que rodea a Gloomy Sunday, como es fácil imaginar, es un buen argumento para utilizarlo en el cine. Dos ejemplos de ello son la película germano-húngara Una Canción de Amor y Muerte y la española, rodada en inglés, La Caja Kovak (2007). En esta última su protagonista Lucía Jiménez incluso se atrevió a cantarla.

Se han hecho innumerables versiones pero con algunos cambios. La letra original que tenía un trasfondo lúgubre y amargo haciendo honor a su título, se modificó en posteriores versiones por el poeta húngaro László Jávor, apartando ese lado sombrío y triste por un tono más melancólico. La versión que hizo Billie Holiday, con una estrofa adicional más digerible, fue la más popular de todas. La larga lista de artistas que han sucumbido a su tentación abarca diferentes estilos como el pop en acústico de Elvis Costello a la música intimista de Sarah McLachlan, pasando por la inclasificable cantante finlandesa Björk. Si queréis tentar a la suerte sólo tenéis que darle al play.

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