Tres canciones para una semana (VI)


Nuestra propuesta semanal viene marcada por la actualidad. Los nuevos trabajos de Arcade Fire, Manic Street Preachers y Eric Clapton, tienen cabida aquí por su indudable calidad.

Empezamos con los canadienses Arcade Fire, que han publicado un magnífico tercer álbum titulado The Suburbs. Una colección de canciones interesante de principio a fin. Una de ellas, Sprawl II (Mountains Beyond Mountains) está sobresaliendo sobre el resto pero sin desmercerla en absoluto, nosotros de momento nos quedamos con este Half Light II (No Celebration).

Continuamos con los galeses Manic Street Preachers que acaban de publicar Postcards From A Young Man, un excelente disco con una curiosa foto como portada: un joven Tim Roth desnudo de cintura para arriba con una polaroid en la mano. Y es que James Dean Bradfield, su cantante y guitarrista, es fan suyo desde hace tiempo. El single elegido es (It’s no war) Just the end of love , una buena canción que abre el álbum y que continúa con este exquisito Some kind of nothingness, en el que colabora en la parte vocal Ian McCulloch, lider de Echo & The Bunnymen.

Terminamos con el incombustible Eric Clapton, que a sus 65 años acaba de editar su decimonoveno disco en solitario bajo el simple título de Clapton. En él combina covers de blues, su género favorito, o jazz como Rockin chair, con nuevo material. Como acaba de salir al mercado y no hay mucho material audiovisual, rescatamos una de mis favoritas de su repertorio, este potente She’s Waiting en el Live Aid de 1985 con Phil Collins en la batería.

Layla. La historia de un amor imposible.


El quería la mejor educación para su hijo y pensaba también educar a los líderes del futuro. Jóvenes de ambos sexos comenzaba a tener la Escuela. Esto es ISLAM. Sabéis que hay separación por sexos, las mujeres de un lado y los varones por otro. Pero entre todos esos que aprendieron en esa Escuela llegó una niña de cabello largo negro, hermosos ojos negros, muy vivaz e increíblemente hermosa. Su nombre era LAYLA. Su nombre significa “noche” en árabe. Le decían noche por lo negro de su cabello y sus ojos: era increíblemente atrayente.

Desde el primer momento en que pudieron verse en los recreos, Qais y Layla, tuvieron una atracción inmediata. Se miraban, y no podían despegarse los ojos el uno del otro. Cuando sus amigos estaban jugando, intercambiando palabras y demás, ellos no hablaban: simplemente se miraban. Esa amistad, ese cariño, ese aprecio, con el correr de los años se transformó en una pasión que los agobiaba, que llenó todo su ser. Layla ya tenía 12 años, y en la Arabia de aquella época, era común que cuando una jovencita era algo especial, alguien que quería que ella fuese su esposa pedía la mano a los padres de ella hasta la mayoría de edad. No significaba que se casaran como hombre y mujer, pero cuando se hacían esos arreglos, esa niña quedaba prometida a quien pidió su mano, como futura esposa.

Esa amistad, pronto se convirtió en más que amistad a través de esas miradas que intercambiaban (no como en nuestra sociedad occidental: allí no había ningún contacto en absoluto); se convirtió en algo que todo el mundo empezó a darse cuenta. Y los padres de ella no podían permitir una relación amorosa que estuviera en boca de todos. Entonces decidieron retirar a Layla de la Escuela. Qais, se desesperó. Su corazón se rompió en mil pedazos. Ya adolescente no podía soportar estar separado de Layla, a tal punto que cuando sus compañeros le preguntaban que pasaba, el sólo podía hablar de ella. Sus palabras, sus pensamientos, sus acciones, estaban conectados a Layla y no podía hablarles nada más. Incluso, dejaron de preguntarle.

Estos párrafos que forman parte de una historia real contada por el poeta Nizami Ganjavi, inspiraron a Eric Clapton a componer una de sus canciones más conocidas.

Bajo el título de Layla, y formando parte del álbum Layla And Other Assorted Love Songs, la banda Derek and the Dominos (grupo en el que se encontraba Eric en ese momento), publicaron en su único álbum, una de las obras cumbres del rock.

Pero la historia que encierra es muy larga de contar, así que trataré de resumirla intentando no perder la esencia de la misma.

Todo comienza en el año 1966, cuando el beattle George Harrison se casa con la modelo Pattie Boyd. Pattie había formado parte de la película “A Hard Day´s Night” dos años antes, y George se había quedado embelesado de ella desde el primer momento. Dos canciones muy famosas de los Beattles están inspiradas en ella: “Here comes the sun” y “Something”.

Por aquella época era sabida la amistad que se procesaban Eric y George Harrison. Eric ya se había fijado en Pattie antes de conocerla en persona, pero poco a poco se fue obsesionando con obtener su amor. Paralelamente a esto, ambos artistas (Eric y George) continuaban su amistad y colaboración musical, como fue su canción “Badge”. En ella Eric, dejaba mensajes subliminales como “Estoy pensando en una chica que se parece mucho a ti”.

El carácter reservado y la actitud discreta de Eric se vio sobrepasada una noche por el alcohol, y delante de la casa de los Harrison, Eric, le soltó a la cara a George Harrison y delante de Pattie lo siguiente: “Estoy enamorado de tu mujer.”

George en un alarde de frialdad o de excesos de estimulantes, entró en casa con Pattie y le pregunto: «¿Te quieres ir con el?», respondiendo negativamente ella.

El caso es que rondaban ya los 70, y Eric se había metido en una espiral de autodestrucción total. Estaba recluído en casa con la única compañía de sus adicciones. Sólo George había logrado estimularle para que tocara con él en el “Concierto por Bangladesh”, y el resultado no fue muy positivo, ya que se desmayó en el escenario.

Por su parte George había iniciado su coqueteo con el guru “Maharishi Mahesh Yogi”, que procesaba un fanatismo religioso extremo. También eran públicas sus infidelidades a Pattie, lo que desembocaron en 1974, en un episodio digno de película. En una noche de lluvia, suena el timbre de la casa de Eric, y cuando abre la puerta se encuentra al otro lado a Pattie. Ella había decidido dejar a George Harrison y venía a los brazos de Eric.

Este fue el inicio de su relación, que se alargó una década en el tiempo. Como ya es sabido, las drogas y las infidelidades mutuas decapitaron la relación, pero estos temas ya los dejamos para otro tipo de blogs.

Sultans of Swing. Los orígenes de los grandes grupos


En esta época de vacas flacas, con el paro por las nubes y las carteras vacías, me ha venido a la memoria un grupo: Dire Straits, que pese a que por su nombre tan acorde a la situación actual ,”Malos momentos”, tan buenas tardes me han hecho pasar. Sin duda alguna, es uno de los mejores grupos que se podían ver en directo, y ver tocar la guitarra a Mark Knopfler me ponía los pelos de punta. Para los curiosos decir que pusieron el nombre al grupo por los malos momentos económicos que atravesaban  cuando se desplazaron hasta Londres para grabar su maqueta.

No vengo a hablaros de Dire Straits, pero si de una de sus canciones emblemáticas, “Sultans of Swing”. La verdad es que la canción no es que tenga mucha historia en si, pero supuso la bandera de un nuevo estilo musical, que por entonces luchaba contra la tendencia, que era el punk-rock. Pues ellos intentaron revivir el rock tradicional, pero con toques de saxo y trompeta, hasta esa fecha no vistos.

La letra de la canción no encierra ninguna historia extraordinaria, tan solo (y tanto a la vez) la historia de un grupo que toca en un pequeño bar, con un pequeño grupo de clientes a su alrededor, escuchando ritmos diferentes a los que se escuchaban por entonces en estos pequeños templos de la música. Cuantos grupos habrán salido de este tipo de locales!. Pues nada, que me apetecía escucharla y por eso te dejo su letra (original y traducida) y un video de la canción para compartirla con vosotros.

You get a shiver in the dark
Its been raining in the park but meantime
South of the river you stop and you hold everything
A band is blowing dixie double four time
You feel all right when you hear that music ring

You step inside but you dont see too many faces
Coming in out of the rain to hear the jazz go down
Too much competition too many other places
But not too many horns can make that sound
Way on downsouth way on downsouth london town

You check out guitar george he knows all the chords
Mind hes strictly rhythm he doesnt want to make it cry or sing
And an old guitar is all he can afford
When he gets up under the lights to play his thing

And harry doesnt mind if he doesnt make the scene
Hes got a daytime job hes doing alright
He can play honky tonk just like anything
Saving it up for friday night
With the sultans with the sultans of swing

And a crowd of young boys theyre fooling around in the corner
Drunk and dressed in their best brown baggies and their platform soles
They dont give a damn about any trumpet playing band
It aint what they call rock and roll
And the sultans played creole

And then the man he steps right up to the microphone
And says at last just as the time bell rings
thank you goodnight now its time to go home
And he makes it fast with one more thing
we are the sultans of swing

LOS SULTANES DEL SWING

Sientes un escalofrío en la oscuridad
Ha estado lloviendo en el parque pero mientras tanto
Te paras al sur del río y todo se detiene
Una banda está tocando Dixie al compás dos por cuatro
Te sientes bien cuando escuchas esa música

Entras dentro pero no ves muchas caras
que huyendo de la lluvia entran para oir el jazz
Demasiada competencia, otros muchos locales
Pero no muchas trompetas pueden conseguir ese sonido
Al sur, al sur de Londres

Presta atención a la guitarra de George, el conoce todos los acordes
El piensa que es estrictamente rítmico, no quiere hacerla llorar o cantar
Una vieja guitarra es todo lo que se puede permitir
Cuando sale bajo las luces para tocar sus canciones

Y a Harry no le importa si no hace una buena actuación
El tiene un trabajo de día que le va bien
Puede tocar el honky tonk como si nada
Reservandolo para el Viernes por la noche
Con los Sultanes, con los Sultanes del Swing

Y un montón de chicos jóvenes no dejan de hacer el tonto en el rincón
Bebidos y vestidos con sus mejores trajes marrones y sus zapatos de plataforma
No les importa nada ninguna banda de viento
Dicen que eso no es lo que ellos llaman rock and roll
Y los Sultanes tocaron Creole

Y el hombre se acerca al micrófono
Y dice justo cuando la campana del final está sonando
”Muchas gracias y buenas noches, es hora de irse a casa”
y termina con una última frase
‘Somos los Sultanes del Swing’

Ya puestos, os dejo un video para levantar definitivamente el ánimo. El Money for nothing con colaboraciones muy especiales. Descúbrelas. Todo un lujo!!.

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