Uno de los movimientos por excelencia de la música electrónica es el bakalao. Un término que sirvió para catalogar los sonidos orientados a las discotecas que emergían a mediados de los 80 en el litoral mediterráneo, en concreto en Valencia, y que después erróneamente se trasladó a cualquier sonido discotequero bautizándose también como chunda-chunda.
Si recurrimos a la wikipedia nos dice que su nombre surgió
«en Valencia en el año 1985 en la tienda de discos Zic-Zac, punto de encuentro de los mejores Dj‘s de la noche valenciana para proveerse de la mejor música de importación del momento, en ella el amigo que acompañaba a un DJ exclamaba: «¡Che esto es Bakalao de Bilbao!» cada vez que escuchaba un buen tema».
La combinación entre este tipo de música y la proliferación de macrodiscotecas que lo empezaron a difundir, dio origen a lo que se conocería como Ruta del Bakalao. Las más relevantes respondían a nombres como Barraca, Chocolate, Spook Factory, Espiral, Puzzle, ACTV o NOD, donde acudían miles de jóvenes a disfrutar de la noche al ritmo del bakalao. La presión política y policial por el consumo de drogas asociada a esta Ruta, iniciaron su declive a mediados de los 90.
La música que se podía escuchar en la mencionada Ruta era originariamente, aunque ahora parezca disparatado, rock gótico, afterpunk o new wave, sonidos propios de mediados-finales de los 80, haciéndose hueco después un género que abordaba el EBM (electronic body music), techno-pop, synth-pop, new beat o acid house ya entrados los 90. Fue también esta década donde tuvieron mucha difusión las llamadas «cantaditas» o «pastelitos», canciones más comerciales que además de sintetizadores añadían voz a unas melodías pegadizas. Finalmente el ritmo de las composiciones se fue acelerando hasta acabar creando otro género denominado makina.
Si existe un nombre que asociamos rápidamente a este tipo de música es el de Chimo Bayo, uno de los máximos exponentes y pioneros del bakalao. Durante aquellos años consiguió varios éxitos que sonaban en todas las pistas de cualquier rincón de la península. Sin duda el más recordado es este Así me gusta a mi.
Otro representante del bakalao más comercial fue Paco Pil. Presentador de televisión y DJ que creó varios hits como este Johnny tecno ska.
Todas las discotecas que se preciaban en la época tenían sus propias sesiones de bakalao. Suponía una manera de distinguirse de la competencia y de fidelizar además a su clientela. Un tema con el que cerraban muchas de ellas aquellas sesiones era este Searching for the goldeneye de Motiv8 & Kym Mazelle.
Terminamos con una de las cantaditas más famosas de aquellos años 90. El Saturday Night de Whigfield además popularizó un baile que aparentemente surgió de forma espontánea y rápidamente se extendió allá donde sonaba.
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