Gram Parsons, ha pasado a la historia de la música, no solo por ser uno de los primeros artistas en acercar la música country a los sonidos del rock, si no por la rocambolesca historia de su cuerpo una vez muerto.
Integrante de The Byrds y de The Flying Burrito Brothers, decidió emprender su carrera en solitario con el álbum GP en 1972, y con un álbum póstumo titulado Grievorus Angel del año 1973. Su prematura muerte a los 26 años, truncó su carrera musical. Como otras estrellas de la música, una sobredosis, acabó con su vida, en Joshua Tree Inn.
The Flying Burrito Brothers «Christine’s Tune»
Músico bastante dado a los excesos, y buen amigo de Keith Richards de los Rolling Stones, sus espectaculares conjuntos Nudie, marcaron estilo, hasta que la muerte se lo llevó a tan temprana edad.
Lo curioso es que siempre había expresado su voluntad de que una vez muerto, sus cenizas se esparcieran por el desierto de Joshua Tree. Y fue por este motivo, que intentando cumplir su última voluntad, su manager Phil Kaufman y su amigo Michael Martin, alquilaron un coche fúnebre y robaron el cuerpo de Gram del aeropuerto de Los Angeles. Desde allí pusieron rumbo al desierto de Joshua Tree y prendieron fuego al ataud.
Brass button de su álbum Grievorus Angel.
El caso es que tan buenas voluntades, fueron en vano, ya que la familia de Gram, muy acaudalada por cierto, rescató el cadáver del músico y se lo llevó a Nueva Orleáns, donde le dieron sepultura. Quizás gracias al accidentado viaje al otro barrio, Gram alcanzó una popularidad póstuma, que no hubiera tenido solo por su carrera artística.
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