Antonio Vega: Muere Un Gran Músico, Nace Un Mito


Es complicado escribir cuando desaparece alguien tan especial como Antonio Vega que ha ocupado nuestras vidas tanto tiempo con sus canciones. Hace apenas un mes le veía en directo en el Kafe Antzokia de Bilbao cuando no sabía que ese iba a ser su último concierto. Después de haber ido a muchas actuaciones suyas, en esta le vi mejor que nunca. Un repertorio renovado, buenas versiones de sus temas clásicos, canciones rescatadas del olvido, y lo que es más importante: mayor vitalidad, mejor voz, buena actitud y mejor ejecución en escena. Eran signos que me hacían ser optimista para la nueva etapa en la carrera del músico madrileño. Incluso estrenó una nueva canción titulada «Antes de haber nacido». Preparaba su siguiente disco con material nuevo aunque antes iba a grabar uno en directo después de esta gira de teatros, pero tristemente ya no pudo ser. Se apagó su frágil cuerpo. Ese mismo cuerpo que escondía paradójicamente una fortaleza interior que nos hizo pensar tantas veces que no había nada que pudiera con él. En este último obstáculo que le había puesto la vida, ya pensaba en retocar las canciones que estaba preparando cuando acabara su primer ciclo de quimioterapia. Desgraciadamente no pudo más y un cáncer de pulmón acabó con él.

Antonio Vega poseía un don para traspasar la sensibilidad de la gente con su canciones.  La manera de plasmar en ellas  su biografía así como su peculiar mundo interior ha sido personal e intransferible, sin ningún parecido con otros músicos.  Era único y especial.  En un país donde la mayoría de artistas cantan más mal que bien, él además cantaba mejor que nadie uniéndolo a una voz exquisita y diferente. Sin olvidar su gran pasión, la guitarra. Tenía un estilo propio tocando el instrumento como así lo atestiguaban compañeros de profesión como Fito Cabrales en su biografía recientemente publicada «Soy todo lo que me pasa»:

«Con Antonio Vega siempre me ha ocurrido algo curioso, y es que me gusta más en solitario que con Nacha Pop. Los discos de Antonio Vega me ponen muchísimo. Tiene una facilidad bestial para componer y además la gente no aprecia apenas lo bien que toca la guitarra. Yo soy la imitación de mucha gente, la mezcla de muchas cosas, pero Antonio Vega es sólo él. Se ha inventado a sí mismo, nadie es como él, y no se sabe de dónde ha mamado, es único y no ha habido nada ni nadie igual a él anteriormente. Sus canciones son muy buenas, puedo decir que todas.»

Cuando presencié hace año y medio el final de la gira de regreso de Nacha Pop en Madrid, me di cuenta de lo que significaba el grupo verdaderamente para la gente. Para los que por razones de edad no tuvimos la ocasión de verles en su época, cuando Antonio era mucho Antonio, comprendimos la relación especial que existió entonces entre la banda y sus seguidores. Una relación provocada por unas canciones enormes y singulares, y por las antagónicas pero complementarias personalidades de los primos Vega.  Esa singularidad estuvo desde el principio con él, porque componer la primera canción de tu vida y que sea Chica de Ayer lo dice todo. Fue un músico vocacional, devocional y emocional (valga la repetitiva terminación). Decía hace poco en una entrevista:

«Se ha infravalorado muchas veces el trabajo del compositor y se ha dejado un poco de lado el hecho de ser artesano de una historia. Y eso a base de una cultura musical deficiente, descuidada, y que no exige a la gente poner atención. Está muy bajo el nivel de exigencia por parte del público a la hora de pedir cosas con calidad.»

Justo lo contrario que sus seguidores y sus compañeros de profesión hacia él. Se le valoraba como letrista y compositor, el artesano que nunca dejó de ser. Sus constantes conciertos año tras año por toda la geografía contaban con la presencia y el cariño de su público. Las colaboraciones con diferentes músicos se han repetido a lo largo de todo este tiempo, y el respeto que se le profesaba en vida ahora permanece aún más si cabe tras su muerte.

Antonio se ha ido pero nos ha dejado su obra. Desde aquí le deseo que en el sitio en el que se encuentre pueda recrearse con las emociones que siguen desatando aquí en la tierra sus canciones. Como ésta,  que escuchándola ahora humedece todavía más nuestros ojos y entrecorta nuestra voz.

Descanse en paz Antonio Vega

The Sailor’s Hornpipe. Una Tabla De Ejercicios Para Los Marineros


Quizás no te suene el nombre de esta melodía y por eso no la sepas situar. Pero que pasa si te digo que es la música que se utilizaba en los dibujos animados de Popeye? Efectivamente,  se utilizaba en el inicio de los capítulos,  y aunque quizás menos conocida que el famoso “Popeye el marino soy”, es seguro que sus acordes te suenen.

El “hornpipe” es una danza tradicional irlandesa. Aunque posee muchas variantes, la más conocida tiene su origen en un baile que hacía ejercitar a los marineros, a la que se llamó The Sailor’s Hornpipe . Según se recogen en algunos escritos, esta danza trataba de imitar la vida cotidiana de un marinero, donde se trataba de representar todos los deberes que estos tenían a lo largo de una jornada de labor, recoger anclas, atar cuerdas, y muchas más labores de un día en cubierta.

Los marineros de la marina inglesa lo usaban para mantenerse en forma, y este baile se hizo famoso, ya que no se necesitaba ni mucho espacio, ni pareja de baile. Incluso, la leyenda dice que James Cook lo utilizaba para los ejercicios diarios de su tripulación.

Aquí os dejo una version de Mike Oldfield, demostrando sus virtudes con otro tipo de cuerdas, en un fabuloso concierto que ofreció en Montreal, donde al final del mismo, se puede ver lo rápido que es capaz de tocar el The sailor’s hornpipe.

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